martes, 10 de abril de 2007

SAN MIGUEL

El mirador sería el primer blanco para dejar encargado nuestro super Chevy pero veinticinco carros gandayas se opusieron ferozmente a nuestros planes, así que aprovechamos un pequeño espacio bajo una higuera en una calle de hermosas casas y sombra providencial, cosa que el super Chevy agradeció y creo que agradecerá en un buen tiempo.

SOL Y LUNA … A CAMINAR…

Con antibiótico, jarabe, carteras, llaves, celulares, cámara y con mucho calor inicio nuestro mágico andar. Recordamos los lamento, pataleos e ironías de nuestras pequeñas (Erín y Karime) y el monstruo (Lalito) por aquel viaje de meses atrás en donde las bajadas y subidas se convirtieron en kilométricas torturas y de gran aprendizaje “San Miguel no es para niños” … por lo menos para los nuestros aún no.

CUBA A LA VISTA

Plaza principal y sin mar de por medio nos encontramos de frente con el Che Guevara, Compai Segundo, Fidel Castro, José Martí y una oleada de son cubano cálida como sus playas… sus libros, sus telas, sus gráficas y sus percusiones. Eduardo dice: Independientemente del tiempo que ha pasado y la manoseada revolución cubana, lo rescatable es la gran dignidad de este pueblo y amor a la vida”, Rocío dice: Que buenos libros y que frustración de no traer lana para llevar.

No tan lejos vimos unas carpas de Corona y pensamos “chela gratis” y decepción “fiesta del DIF” patrocinada por la chela más vendida en el mundo. Así que arrancamos el choclo hacia las calles que aún no conocíamos.

LAS CALLES DE SAN MIGUEL

De la mano y abrazados, entre besos y arrumacos nos deleitamos con balcones, casas, tiendas, artesanías, colores, olores, puentes atravesados arquitectónicamente magistrales y todo aquello que a un ojo turístico atrae, Rocío dice: ¿Qué hay que hacer para tener una casa de éstas?, Eduardo dice: ¡Hay que ser narco o gringo jubilado!.

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